El río Guadalquivir fue el puerto desde el que Europa y América intercambiaron ideas y mercancías, convirtiendo a Sevilla en una de las grandes ciudades del siglo de oro español y del Renacimiento. Desde ese “descubrimiento”, Sevilla ha mirado al río, ha vivido de él, ha crecido gracias a él y ha sido protagonista en primera persona de algunas de las más grandes transformaciones que ha vivido la humanidad en los últimos cinco siglos.

La Puebla del Río ha sido testigo, unas veces, y coprotagonista, otras, de los episodios históricos que han tenido al Guadalquivir como protagonista. Cuando se examina la documentación de la que disponemos referente a la época de los Austrias en La Puebla, y dada la evolución posterior, nos puede parecer que la villa ha vivido siempre de espaldas al río. Estimamos que es una creencia absolutamente errónea.  Una gran parte de la historia de La Puebla, al menos hasta el traslado de la cabecera del comercio americano a Cádiz a principios de los años setenta del siglo XVII, está íntimamente unida con el río, o los ríos.  

En la actualidad, salvo los usos portuarios, deportivos y algunos otros "en vías de desarrollo", al igual que en el tramo urbano de la capital, el aprovechamiento del río se caracteriza por una utilización fragmentada, decantada hacia un incipiente turismo, y escasamente aprovechada de todo el potencial educativo, social y económico de la mayor infraestructura natural con la que contamos en esta parte de Andalucía.

 “Todos por el Río” nace con la intención de aunar esfuerzos para aprovechar el potencial del Guadalquivir y convertirlo en la gran fuente de energía social y cultural de la comunidad. A tal fin, el proyecto cuenta con un equipo de profesionales de la cultura, la empresa y la divulgación científica que han desarrollado un programa con el objetivo de divulgar de primera mano el papel del Guadalquivir en la historia del mundo y su potencial de futuro como motor de innovación y conocimiento.