La cátedra romerista de Aurelio Verde

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La cátedra romerista de Aurelio Verde

06/04/2018

El autor ofreció una interesantísima conferencia sobre su trayectoria ligada a Los Romeros de La Puebla.

Ni azulejos por las calles
ni colgantes de metal
honores de hoy que mañana
polvo de olvido serán
Qué banales lasmedallas 
oficiales que se dan…
Las que van las da elpueblo, 
el tiempo y la eternidad.
De esasmedallas, 
las que otorga el Tribunal Supremo del pueblo,
pueden presumir LosRomeros 
y todas las generaciones que vengan detrás.
Cada vez que alguien cante una de suscoplas, 
esas hebras de eternidad.
 
Cada vez que uno cante esa copla estará tallando con el metal del aire una distinción de las que no se marchitan con eltiempo. 
 
Con estos versos finalizaba el autor Aurelio Verde su cátedra – en ningún momento se puede definir su intervención como conferencia – sobre Los Romeros de La Puebla . Sus amigos Los Romeros de La Puebla, como así quiso titular este artista, poeta, a su ponencia celebrada en el salón de actos del Ayuntamiento de La Puebla del Río y enmarcada dentro del Año Romerista. 
 
Y es que el recibimiento a Los Romeros de La Puebla ya habla por sí solo . Una atronadora ovación, público en pie, emoción y sonrisas por verlos aparecer. Cuánta razón lleva Aurelio Verde en su poesía final con eso de que las verdaderas medallas son las que otorga el pueblo . El pueblo romerista, eterno y sin límites de edad, procedencia o género. El pueblo que vibra con cada verso entonado por estos cinco centinelas.
 
Aurelio Verde confesaba que la invitación para ofrecer su cátedra sobre Los Romeros de La Puebla le había hecho retroceder 50 años. 50 años que volverían en unos minutos al repasar su rica trayectoria ligada al grupo de sevillanas más grande de la historia. “Este es el mejor tributo que les puedo ofrecer a Los Romeros de La Puebla en sus bodas de oro. Ellos han sido los mejores editores para un poeta”, afirmaba Aurelio Verde.
 
El autor r epasó desde sus inicios hasta la consagración de Los Romeros de La Puebla . Aurelio Verde era “un estudiante que se dedicaba a hacer rabona interior y escribía poemas en sus ratos libres”. Confesó que no fue fácil acercarse a Los Romeros, y su primer contacto tuvo lugar en el Festival de Baile que se celebraba en la Plaza de España , aunque ahí “seguían estando lejos”.
 
Cosas del destino, “un sueño hecho realidad”, afirma Aurelio en referencia a su comienzo con Amigos de Gines y al momento en el que el autor, posteriormente, se encontraba “de tú a tú” con Los Romeros de La Puebla . “Yo seguía soñando despierto, había pasado al siguienteescalón”. 
 
Después llegaron los momentos de ensayos . “Quien algo quiere, algo le cuesta”, reconocía Aurelio cuando se refería a sus viajes en tranvía para acudir a los ensayos de Los Romeros de La Puebla . En esos ensayos celebrados “en el laboratorio del soberao” – utilizando término químico en honor a sus estudios - sucedían multitud de anécdotas, principalmente las ocurridas después, en las que el autor homenajeó a personajes célebres cigarreros como Miguel Puebla, Pepe Ventura o, por supuesto, Martín Vega Sanz. 
 
"Los aplausos al final, para Los Romeros", comentaba Aurelio Verde, ovacionado tras recitar versos que se convirtieron sevillanas inigualables gracias a estos cinco artistas. En poco tiempo, como comentaba el propio autor, Los Romeros y su figura experimentaron un gran crecimiento. Entre sus composiciones, Aurelio Verde subrayaba que en la vida de un poeta se escriben versos de enamorado, como los que él regaló para que Los Romeros los hicieran poemas eternos en forma de sevillanas.
 
Un aspecto destacable para Aurelio Verde sobre Los Romeros de La Puebla es la voz . La voz, en singular, ya que el autor describió a estos cinco artistas cigarreros de la siguiente forma: “Los Romeros de La Puebla son cinco voces para una corona, un trono, una realidad . Ellos despegan, se suspenden en el aire, revolotean, suben, se adornan, recogen flores por el camino y suben hasta donde tienen que llegar”. También hizo hincapié en la vocalización de Los Romeros de La Puebla, haciendo un símil con el toreo en tres palabras, “arte, manto ypoder”. 
 
No podía faltar el homenaje y recuerdo a Faustino Cabello , quien desde el cielo escuchó atento a Aurelio Verde y se emocionó como hicieron las ciento de personas asistentes a la cátedra del autor. "Lo que hacía, lo bordaba. Una saeta, un fandango...", recordaba Aurelio mientras recitaba algunos de los versos que escribió y fueron cantados posteriormente por Faustino Cabello.
 
Otras cualidades importantes de Los Romeros de La Puebla para su consagración, según este poeta, han sido el hecho de estar siempre juntos y la dignidad. Los Romeros siempre han cabalgado juntos allá por donde han ido. Y, al mismo tiempo, son hombres puros, procedentes del campo y otros oficios tradicionales, que nunca han vivido del cuento, como quiso hacer ver un “mamarracho” – así lo definía Aurelio – que “metió la pezuña” cuando se encaró a estos cinco artistas. “ Nosotros no vivimos del cuento, sino del cante ", dijo Faustino mientras enseñaba sus manos llenas de secuelas del campo.
 
Los Romeros de La Puebla han sido unos auténticos psiquiatras para Aurelio Verde , como el propio autor reconocía. A ellos les ha contado, en forma de versos que serían sevillanas, todo lo que se le cuenta a un psiquiatra en un tratamiento. Esas sevillanas que “han tenido su edad de oro y, en ese período, Los Romeros de La Puebla han sido Los Romeros de La Puebla; no hace falta decir más” , sentenciaba Aurelio Verde con contundencia.
 
Aurelio Verde, en la parte final de su disertación, recordaba que “la voz del pueblo es la que se encarga de mantener viva y joven a la copla”, y revindicaba que “ Los Romeros de La Puebla ya tienen concedidas todas las condecoraciones posibles . Ellos reciben la bendición de la historia. No les hace falta más”. La poesía final, con la que hemos comenzado esta crónica, daba pie a una merecidísima y sonora ovación final a una cátedra romerista del mejor profesor posible: Don Aurelio Verde . Su obra quizás cumbre, Solano de las Marismas , sonaba al unísono en el salón de actos para cerrar una mágica noche.