Cátedra sobre San Sebastián del cigarrero Luis Rebolo

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Cátedra sobre San Sebastián del cigarrero Luis Rebolo

25/01/2020

Excelente exaltación en honor al patrón de La Puebla del Río para abrir un intenso fin de semana.

Excelente lección de Luis Rebolo sobre San Sebastián, patrón de La Puebla del Río. El cigarrero realizó una impecable exaltación en honor al mártir, con pinceladas líricas incluidas, que transmitió en las muchas personas que asistieron a la Parroquia de Nuestra Señora de la Granada en un acto que estuvo acompañado musicalmente por la brillantez de la Banda Municipal de La Puebla del Río. 

Tras “El Novio de la Muerte”, interpretada por la formación cigarrera – acto seguido sonaría “La Canción del Legionario -, Rafael González, conductor del acto, dio paso a Juan Ventura, exaltador del 2019 y encargado de presentar a su sucesor en el atril, Luis Rebolo. “Corpus Christi” fue la marcha elegida por el exaltador. Cigarrerismo en estado puro.

No podía comenzar de otra forma su disertación que con un recuerdo a Manoli Palacios Lama, cigarrera de Parroquia, muy querida por todo el pueblo, que nos dejaba tristemente hace escasos días. “Tenía muchas ganas de hablar de San Sebastián”, decía Luis Rebolo, quien centró su exposición en tres palabras pronunciadas en su vida por el santo: fe, integridad y testimonio. El cigarrero desarrolló cada una de ellas en lo que fue una auténtica cátedra sobre la vida del mártir y patrón de nuestra localidad.

El final del pregón tuvo un emotivo recuerdo a Carmelita la Sorda, quien en la calle Santa María 27 protegió a San Sebastián en tiempos muy difíciles. Unos bellos versos dedicadas a esta emblemática cigarrera dieron paso al emotivo final. “Que resuenen las campanas de este templo parroquial / Que la gracia celestial inunde nuestra bocana / Nuestras calles se engalanan reverdeciendo al gentío / Qué fervor, qué escalofrío / Qué alegría viene y va / Cuando ya es San Sebastián / En La Puebla del Río. ¡Viva San Sebastián!”, finalizó.

La Banda Municipal de La Puebla del Río interpretó “Hymnus ad Martyrem” para poner el broche de oro a la noche del prólogo a los días grandes en torno al patrón cigarrero.